Para el combate a los incendios forestales que han afectado más de mil hectáreas en la Huasteca, Zona Media y Sierra de San Miguelito, no hay estrategia, técnicas adecuadas ni respuesta operativa adecuada. “pero le echan la culpa al aire”, criticó el ex delegado de Conafor, Martín Toranzo Fernández.
El ex funcionario federal y ex director de los parques Tangamanga cuestionó la inacción ante esta emergencia de la titular de la Secretaría de Gestión Ambiental, Yvett Salazar. Así como Morena tiene su superdelegado –dijo-, el gobernador “tiene su figura decorativa en la Segam, y por eso estoy totalmente de acuerdo con el doctor Jaime Chalita Zarur (presidente de Coparmex) de que no existe en San Luis la Segam”.
Segam no ha generado un plan o procedimiento estandarizado de prevención, atención con protocolos en funciones de posibles escenarios y mucho menos recuperación de las zonas afectadas, consideró.
“No hay pronunciamientos al respecto de cómo van a recuperar la zona o qué acciones van a tomar para mitigar el impacto” observó.
Toranzo Fernández cuestionó la utilidad de montar “un puesto de comando” en el helipuerto del Tangamanga para atender el incendio en San Miguelito, pero que sólo recaba víveres para los brigadistas.
La emergencia ha puesto de relieve que no hay conocimiento de la zona ni se previó una respuesta operativa adecuada o documentada, con un plan de acción concreto y escenarios, “por eso la culpa se la echan al aire”.
Ante la falta de previsión, equipamiento y estrategias, apostó a que la Sedena sea la que apague los incendios, por la disciplina con la que opera aunque de una manera anticuada que en muchos países ya no se hace: con agua, que significa un considerable desperdicio de recursos.
Propuso que en colaboración con el Ipicyt se desarrolle equipo y tecnologías para apoyar la lucha contra incendios con elementos como el uso de robótica. La robótica ya es usual en acciones de riesgo mediante dispositivos creados por la Policía Federal para combate al crimen en zonas de fuego.
Además, hay que actualizarse en tecnologías de productos químicos que no requieran de agua para apagar los incendios y dejar de pensar exclusivamente en el agua.