Nuevamente tarjetahabientes denuncian ser víctimas de robo de sus plásticos en los cajeros automáticos por personas que les hacen creer que no se pueden leer los chips de las tarjetas.
Mediante engaños, quitan las tarjetas a los clientes bancarios para “limpiarlas”, pero en realidad es una trampa para cambiarles el plástico sin que la víctima se dé cuenta, mientras simulan frotar la banda magnética o el chip contra la ropa.
Cuando el usuario del cajero se dispone a sacar dinero, los ladrones aprovechan para mirar el número de contraseña, lo cual utilizan para retirar el dinero una vez que el titular de la tarjeta se va.
Uno de los casos se presentó en Banorte, sucursal Glorieta Juárez, y pese a que hay cámaras de videovigilancia, modernizaron sus oficinas y las áreas de los cajeros automáticos, de todas formas son lugares propicios para que las posibles bandas dedicadas al cambio de tarjetas cometan sus ilícitos. Los pensionados y adultos mayores beneficiarios del Programa federal 68 y más son los más vulnerables a ser víctimas de esta gente.
Una víctima de este tipo de fraudes narró que había tres hombres en el área de cajeros automáticos en dicha sucursal bancaria, quienes por su físico aparentan ser foráneos. Aunque la afectada se comunicó al número telefónico del banco para bloquear su tarjeta, el personal de la misma le aseguró que difícilmente podría proceder la reclamación, por ser cambio de tarjeta.