Con fotografías de Mitzi salieron a la Plaza de Aranzazu, la primera parada fue el Instituto de las Mujeres del Estado (IMES), donde gritaron la exigencia de justicia, “¡basta de oídos sordos ante el reclamo de seguridad y justicia… basta de insensibilidad ante el dolor lacerante de la pérdida de hijas, hermanas, esposas y madres!”
“Estamos aquí porque Mitzi nos duele”, porque duele haber perdido a una amiga, a una prima, a una maestra que buscaba formar ciudadanos de bien, incapaces de matar a una mujer y tirarla en un baldío.
Familiares y amigos de la joven maestra de preescolar marcharon de blanco pero con el luto en el corazón, esta vez hubo cabida para mujeres y hombres, “porque tengo esposa, hermanas, hija, madre, amigas y no quiero que vivan con miedo”.
La siguiente parada fue frente al Palacio de Gobierno, donde algún insensato sacó un celular por uno de los balcones y despertó el coraje de los dolientes, “¿por qué no salen?”, los reclamos al gobernador no se hicieron esperar, pero faltaba otra parada, así que siguieron su camino a la Fiscalía General del Estado.
Ahí una de las primas de Mitzi agradeció a quienes se han solidarizado con esta pérdida, recordó que ese día trágico tuvieron una fiesta familiar en la que nunca pasó por su mente que sería la última vez que verían con vida a una de las más jóvenes de la familia, porque nadie imagina que algo así va a pasar, porque Mitzi era una persona de bien, fue educada con valores por sus padres, tíos y abuelos, aún así “nos pasó a nosotros”.
Pidieron que Mitzi y la vida de las mujeres no sean sólo una cifra más y que se haga justicia, “¿cuántas mujeres más tiene que desaparecer y morir? ¿Cuánto debe crecer el miedo y enraizar en lo más profundo del cuerpo, el alma y el pensamiento de las mujeres? ¿Cuánto necesitan arraigarse la impotencia y el dolor por la partida injusta e impune de ellas para que las autoridades actúen en consecuencia?”.